“Memoria es el proyecto más importante que he vivido como director de teatro” Diego del Río
“Memoria” de Paula Zelaya Cervantes y Diego del Río, fue un proyecto producido por la Compañía Nacional de Teatro para algunos actores de número de su elenco estable. Partió de una propuesta de Diego del Río al entonces director de la CNT, Enrique Singer, con el interés de conectar con actuantes de otra generación e investigar temas como la vocación actoral, el paso del tiempo, la vejez y la pérdida de las capacidades, en la última etapa de la vida de un artista.
Las actrices que participaron en el proyecto fueron Ana Ofelia Murguía, Adriana Roel y Marta Aura, además del actor Ricardo Blume. El promedio de edad del elenco era de 82 años. También participó la joven actriz Ana Ligia García, integrante del elenco joven de la CNT, y Fabiola Villalpando, quien además de estar en escena realizó un espléndido trabajo como asistente de dirección.
Esta pieza se construyó a partir de entrevistas a estxs artistas del teatro mexicano, que fueron realizadas durante 7 meses por Paula y Diego, en las que descubrieron que la pasión fue el eje rector de la carrera actoral de cada unx de ellxs. El texto se presentó en la casa de la Compañía Nacional de Teatro en el foro Héctor Mendoza.
Dentro de las particularidades de esta pieza, se planteó diseñarla y trabajarla para que funcionara con las condiciones reales de sus intérpretes; por ejemplo, Adriana la ensayó y estrenó con un avanzado proceso de demencia senil del cual no era consciente. Por eso se diseñó desde la puesta que junto a ella, en todo momento, estuviera Faby, quien le indicaba qué texto debía leer y la guiaba con acciones concretas que motivaban su memoria a partir de estímulos específicos a los cuales ella reaccionaba. Otro ejemplo es que el elenco leía el texto, excepto por Marta Aura, quien por un problema ocular no podía leer y sí contaba con la retención para decirlo de memoria. Esta investigación nos hizo re significar conceptos como el talento, la memoria y la dimensión, pues, más allá de las capacidades específicas que tuvieran sus instrumentos por la propia edad y salud de cada unx, la presencia, la contundencia y la verdad escénica que siempre tuvieron, dieron cátedra para quienes pudimos observar a estos artistas crear.
Todo se trabajó siempre con la conciencia de construir una pieza llena de dignidad pero que no tuviera reparo en tocar temas tabú como la vejez en la vida de lxs actuantes. Finalmente, el objetivo de un elenco tan diverso en edades, es el intercambio entre generaciones y la posibilidad de que lxs viejxs nos alumbren el camino a lxs que venimos detrás.
El actor Ricardo Blume no pudo estrenar la obra por problemas de salud y fue suplido por Mariana Gimenez y Misha Arias de la Cantolla, actores del elenco estable que tomaron su lugar y sus palabras, con texto en mano.
La temporada contó con solo dos funciones pues fue interrumpida por la pandemia del COVID-19.
Este fue el último proyecto teatral que ensayó Ricardo Blume y la última obra de teatro que estrenaron Marta Aura y Adriana Roel, antes de fallecer. También es la última obra en la que actuó hasta el momento Ana Ofelia Murguía.